martes, 26 de enero de 2010

¿Quién cuidará de mi hijo con autismo?


MARÍA VALERIO

MADRID.- David tiene 42 años. Por las mañanas se levanta, desayuna y sale de casa para ir andando al quiosco donde vende periódicos. Después de comer vuelve al trabajo, menos un par de días a la semana que tiene gimnasia. Saluda a todos los conocidos del barrio cuando se los cruza por la calle y les felicita puntualmente el día de su cumpleaños. Nada extraño hasta ahí si no fuese por un detalle: David tiene autismo.

Su madre, Isabel Bayonas, conoce bien la sensación de muchas familias con un hijo diferente: el deambular de un médico a otro en busca de una etiqueta para el trastorno de su niño, los cambios constantes de colegio, la frustración y la rabia. Las cosas han mejorado mucho desde que nació David, pero una preocupación sigue presente en la mente de esos padres: "¿Qué será de mi hijo cuando yo no esté?". Muchos se enfrentan al dilema de cuidarle cuando ellos sufren los achaques de la edad y no siempre encuentran los recursos necesarios. Centros de día, residencias, talleres... lo importante es elegir la opción que mejor se adapte a cada caso.

El caso de David es el mejor ejemplo posible del papel que puede jugar la familia para lograr la integración. Su madre (rejoneadora de profesión) tardó algunos meses en darse cuenta de que su bebé era diferente del resto ("será porque era primeriza y había tenido más contacto con los caballos que con niños pequeños"). Pero cuando empezó a preguntar a los pediatras, le dijeron que estaba perfecto, que simplemente tenía un desarrollo más tardío: no comenzó a andar hasta los 18 meses y no habló hasta los ocho años.

Cualquiera puede imaginarse sin esfuerzo el sufrimiento de Isabel y su difunto marido (piloto de combate), el peregrinar de una consulta a otra escuchando ora que todo estaba bien, ora que el niño era deficiente mental; las palmaditas en la espalda mientras David se autoagredía. "Ahora el diagnóstico es más fácil", explica esta mujer, que acumula entre sus cargos la presidencia de la Organización Mundial de Autismo, la de una de las dos confederaciones de padres españoles (APNA) –fundada en su casa en 1976– y la vicepresidencia de la Federación Latinoamericana de Autismo, entre una larga lista que encabeza ser madre de cuatro hijos (David es el mayor).

Isabel se había prometido a sí misma que nunca más visitaría una consulta; aunque, por suerte para David, hizo una última excepción con el doctor Ángel Díez Cuervo. "Él fue quien me dijo que tenía autismo". El neuropsiquiatra también le dijo que en España no había los medios ni los cuidados que iba a necesitar el chico. "Pues si no los hay, habrá que crearlos", le respondió Isabel.

Desde entonces han transcurrido 42 años. David sabe que tiene autismo y su madre sabe que no será ingeniero, pero que es feliz. Su nivel de autonomía no es habitual en las personas con este trastorno, como explican los especialistas que le conocen, pero es un símbolo, un ejemplo, un guiño al destino.

Diagnóstico precoz

Si en algo coinciden todos los expertos en trastornos del espectro autista, es en la importancia del diagnóstico precoz. "Cuando yo empecé, hace casi 50 años, nadie sabía qué era esto", recuerda el doctor Ángel Díez Cuervo, neuropsiquiatra y asesor científico de APNA.

Ha pasado mucho tiempo desde aquellos errores fruto de la ignorancia, y a nadie ya le suena rara la palabra autismo; sin embargo, igual que es difícil saber cuántas personas adultas viven con este trastorno en nuestro país (Isabel Bayonas calcula que son unas 50 en la Comunidad de Madrid), tampoco es fácil decir cuántos niños llegarán a una situación más o menos autónoma en la edad adulta.

"No es lo mismo un adulto con autismo y retraso mental [algo que ocurre en el 70% de los casos], que va a necesitar un alto grado de supervisión en todas las áreas de su vida; que una persona con otro trastorno diferente como el síndrome de Asperger [considerado un tipo de autismo de alto rendimiento, con un nivel de inteligencia promedio] que puede alcanzar una integración en el mundo laboral y social más adecuada (aunque con apoyo externo)", explica Pilar Martínez Borreguero, psicóloga del Hospital Reina Sofía de Córdoba.

Como añade por su parte Díez Cuervo, las necesidades de estas personas en su edad adulta van a depender de las propias características del trastorno, de su nivel de desarrollo intelectual y lingüístico, de si padecen otros problemas de salud asociados (como la epilepsia), de los apoyos comunitarios y de la atención temprana recibida desde su infancia.

David, por ejemplo, no sabe leer ni escribir, tampoco maneja dinero, ni es capaz de comprender las frases con doble sentido. En cambio, David es "un caballero", es educado, sabe que debe ayudar a sus amigos y que tiene que aprender "cada día una cosa nueva". David, ferviente madridista, dice que "los flojos no valen nada" y que "los políticos son unos mentirosos". Se sabe de memoria la fecha del cumpleaños de 376 personas que conoce; dos más si se tienen en cuenta la de esta redactora y el fotógrafo de EL MUNDO, "uno de los periódicos que más vendo en el quiosco".

¿Y después qué?

El problema para muchas familias se plantea cuando los jóvenes acaban su etapa en los centros escolares (específicos o integrados) y tienen que decidir qué hacer con ellos

Alicia Fernández Sáenz de Pipaón, directora del Centro Leo Kanner para personas con autismo de Logroño, distingue además entre los grandes dependientes (con alguna discapacidad asociada), que pueden ir a centros de día o residencias; y los casos de mayor desarrollo intelectual, que pueden optar por centros especiales o incluso algún tipo de actividad laboral más o menos normalizada.

Las pautas generales no sirven, sino que hay que establecer un itinerario individual, adaptado a sus capacidades; "no hay que olvidar que el autismo es un paraguas enorme que abarca situaciones muy distintas", indica esta especialista.

En cualquiera de los casos, la mayoría de edad representa un momento crítico para las familias, que pueden atravesar por una situación de estrés y ansiedad añadido en la que necesitan orientación. Si en algo coinciden todas las personas consultadas es al responder cuál es la principal preocupación de todos los padres: "¿Qué va a ser de él cuando yo no esté?".

David dice que él no quiere ir a una residencia, y su madre Isabel tiene un pacto con sus otros hijos para que cuiden de él en el futuro, como ya hacen cuando ella viaja por el mundo dando conferencias o reuniéndose con las autoridades.

Achaques físicos

La angustia de las familias sobre el futuro de sus descendientes se suma a una situación de desgaste y agotamiento físico en los padres. "Cuando deciden ingresar a su hijo, aparecen de repente todos los achaques propios de la vida que han llevado", explica Alicia Fernández, "todas las noches sin dormir, de tensión constante, de preocupaciones...".

Hace tiempo que la ayuda de los abuelos para quedarse con los chicos no es suficiente y es necesario tomar una decisión. En ese momento no son extraños los sentimientos de culpa y una cierta sensación de nido vacío; aunque para su tranquilidad, los especialistas también consideran que muchos de ellos pueden experimentar una mejoría al ingresar en la residencia: "En algunos casos se ha visto que evolucionan favorablemente, porque entran en un entorno con rutinas muy rígidas y profesionales muy especializados", asegura Helena Gandía, psicóloga de APNA.

"En España existe una tendencia –que no se observa en países como Reino Unido, Holanda o Noruega– a que la familia asuma la gestión de una patología crónica y grave. El sentimiento de culpabilidad y la percepción errónea sobre los cuidados necesarios también dificultan que nuestro país se vea obligado a invertir más dinero en la creación de recursos específicos", apunta la psicóloga del Reina Sofía.

El Leo Kanner de Logroño (dependiente del Gobierno de La Rioja y gestionado por la asociación de padres ARPA) es un ejemplo de este tipo de instituciones especializadas. En sus 5.000 metros cuadrados alberga un centro de día para 30 personas y 20 plazas adicionales de residencia. Allí, comparten casas independientes para cinco personas en un sistema que, tutelados por un educador, les permite llevar una vida más o menos autónoma. "Por la mañana se levantan, se preparan el desayuno según sus posibilidades y recogen la casa antes de salir al centro de día", explica su directora.

En Guipúzcoa, por su parte, la asociación Gautena ha optado por otro modelo diferente a través de una red de 180 profesionales que apoyan a unas 450 familias. Como explica Joaquín Fuentes, especialista en Psiquiatría Infantil de la Policlínica Guipuzkoa, "se ofrecen clases integradas en colegios ordinarios, hogares de grupo o esquemas de apoyo familiar" que pretenden que las personas con autismo puedan integrarse al máximo en la sociedad, sin necesidad de permanecer ingresados en centros específicos. De hecho, explica, se fomenta que los jóvenes salgan de su hogar cuando sus padres aún están bien de salud, "para que no lo pierdan todo de golpe y puedan tener una independencia progresiva".

Al margen de estas cuestiones, las personas con autismo tienen, básicamente, la misma esperanza de vida que el resto y, por lo general, un buen estado de salud. Es cierto, como reconoce Martínez Borreguero, que pueden padecer trastornos psiquiátricos añadidos, lo que les obliga a tomar mucha medicación desde niños. "Antipsicóticos para las obsesiones, antiepilépticos para las crisis graves de comportamiento, ansiolíticos para dormir... A eso hay que sumar que pueden tener más accidentes por carecer de sensación de peligro", aclara Alicia Fernández.

Aunque la situación ha mejorado mucho en los últimos años, los padres lamentan que aún no es suficiente. "Llevamos años de desventaja con respecto a otras discapacidades", explica Gandía. Isabel Bayonas conoce bien la situación: "Hasta hace poco era algo desconocido y aún hoy son personas invisibles en muchos países".

Detectar problemas de aprendizaje


La vida escolar es una parte importante en la vida de un niño. Del estado de salud, de la estructura de su personalidad y del ambiente va a depender que puedan lograr una buena adaptación a la escuela. Por eso que se deben considerar los factores que influyen en las dificultades de aprendizaje. Estos factores coexisten, es decir que actúan sobre sí, pudiendo existir el predominio de alguno sobre otro.
Ellos son:

-Cognitivos (pensamiento / razonamiento, concentración / atención y memoria)

-Afectivo-sociales (actitud, motivación, voluntad y habilidades sociales)

-Ambientales (lugar, estado mental, tiempo)
-Factores madurativos evolutivos: Se refieren a las posibilidades innatas independientes del desarrollo y del medio.
-Factores emocionales: Puede observarse una inhibición, una represión de la operación de aprender.

Problemas de Aprendizaje:
Muchos niños presentan problemas de aprendizaje que entorpecen su labor escolar. Lo más preocupante es que muchos de ellos jamás son identificados ni diagnosticados correctamente y, entonces, pasan la mayoría de sus años escolares sintiéndose mal y fracasados. Esto tiene un alto precio por interferencia con el aprendizaje posterior y porque las experiencias en los años escolares tienen un impacto duradero, y en algunos casos irreversibles, en la formación del concepto de sí mismo y de su autoestima.
El problema de aprendizaje se entiende mejor si usamos el concepto de estilo de aprendizaje determinado por la coexistencia de áreas fuertes y débiles de la estructura cerebral. La interacción de ellas define el estilo de aprendizaje particular. Por ejemplo, ante una situación concreta al adulto se le acepta que diga "muéstrame" en lugar de dejar que se le explique verbalmente o, "yo no puedo cocinar con receta, porque necesito sentir lo que hago". En general, podemos evadir nuestras debilidades y funcionar bien a través de un proceso de acoplamiento entre nuestras áreas fuertes y las exigencias del ambiente. Desafortunadamente este no es el caso de los niños que están estudiando ya que ellos deben adaptarse a una serie de exigencias preestablecidas. De hecho, si el estudiante no funciona, como se espera, le tachamos de "desinteresado", "perezoso", "desmotivado", o simplemente se le diagnostica erróneamente que tiene problemas emocionales.
Nos encontramos ante un problema de aprendizaje cuando existe una dificultad en una o varias de las áreas siguientes: audición, habla, lectura, escritura, cálculo, razonamiento, atención.
Los niños prematuros, el bajo peso al nacer, la incompatibilidad sanguínea, anoxia o cualquier lesión física puede alterar la capacidad de un niño para aprender. No hay evidencias científicas exactas para relacionar estos fenómenos con los problemas de aprendizaje, pero sí parece existir un cierto grado de asociación.
Otra posible causa es la genética. Así como se heredan los talentos artísticos y las aptitudes, también parece existir un factor hereditario con respecto a las características de aprendizaje. También existenfactores ambientales facilitadores de dificultades de aprendizaje, como son la baja nutrición y un ambiente empobrecido en general.
Hoy en día sabemos que un problema de aprendizaje se puede identificar desde muy temprana edad, lo que eleva el pronóstico de éxito escolar. Un síntoma inequívoco es el hecho de que cualquier área del desarrollo se adelanta a la motora. Esta debe ser un área bandera en los primeros tres años de vida. El niño que habla mucho pero que se mueve poco es altamente vulnerable como también lo es aquel que se mueve mucho o habla poco o muy mal. El que desde muy pequeño es demasiado activo o inquieto puede tener un alto riesgo de desarrollar problemas de aprendizaje, y si además su actividad física aparece como no organizada ni orientada a una meta, amerita investigación. Otro síntoma o señal de alerta para un posible problema de aprendizaje es la dificultad para reconocer los colores en niños en edad preescolar a pesar de contar con la estimulación adecuada. Síntomas o señales de alerta
1. El niño es muy inquieto - Se mueve mucho físicamente.
2. Es disperso - No puede concentrarse.
3. No sigue instrucciones - Se le dificulta seguir instrucciones correctamente.
4. Es impulsivo - Trabaja rápida e impulsivamente y no termina, y/o comete muchos errores.
5. Es lento - Trabaja lentamente y no termina.
6. Lee mal - Invierte o se salta letras y palabras.
7. Escribe mal - Invierte o se salta letras y palabras.
8. Tiene deficiencias en el lenguaje - Tiene vocabulario pobre.
9. Tiene un déficit motriz - Tiene algún déficit en la motricidad gruesa o en la fina.
10. Se le dificulta mucho el concepto matemático en general.
11. Es errático - Unos días puede hacer algo y otros no.
12. Se cansa más rápido que los demás Un síntoma no significa nada. Dos o más es indicativo de problemas de aprendizaje.

Es importante descartar , tambien,que el niño no presente ningún problema neurológico. Aunque, generalmente se habla de dificultades de aprendizaje cuando existen problemas en el cálculo, lectura, razonamiento / comprensión y escritura, pueden existir problemas espaciales, procesos lingüísticos erróneos atención o memoria que provoquen o acompañen a las dificultades de aprendizaje.Los problemas de aprendizaje pueden provocar que surjan otros síntomas asociados que nos indicarían que algo sucede:desmotivación, baja autoestima, déficit en habilidades sociales e incluso abandono escolar.A veces no son los padres quienes detectan estas dificultades sino los profesores que observan un retraso en el aprendizaje del niño con respecto a los demás y les aconsejan que acudan a un profesional con el fin de solucionarlos cuanto antes.

Pero ¿cuándo acudir a un especialista?

Es importante acudir al psicopedagogo o al terapeuta del lenguaje si existe un problema de lenguaje a partir de los 4-5 años. Si aparecen problemas en la adquisición de la lectoescritura acudir con 6-7 años y si aparecen problemas de comprensión lectora, atención, cálculo a partir de los 8 años. Aunque nunca es tarde, sí es cierto que cuánto más se tarde en iniciar el tratamiento mayor será el tiempo que se precise para mejorar sus capacidades.

Al considerar los problemas de aprendizaje debemos tener presentes tres áreas fundamentales:
la visión, la audición y el desarrollo motor.
Éstos son los tres pilares sobre los que se basa la atención en el aula y las habilidades necesarias para poder leer, escribir, y realizar todas las tareas escolares.
Por esta razón, para una terapia completa, debemos revisar estas tres áreas en el niño y descartar problemas en las mismas o solucionarlos cuando están ahí.

- Para la
visión necesitamos un buen optometrista comportamental (también llamado "optometrista del desarrollo").
Todos los niños pasan por pruebas de agudeza visual por parte del pediatra o un oftalmólogo, quienes se ocupan de mirar que el ojo está sano y la agudeza visual es buena. Pero tras esta evaluación, es necesario ver cómo utiliza el niño los dos ojos de forma conjunta, si es capaz de realizar los movimientos oculares necesarios para leer y escribir y si su cerebro interpreta bien la información y consigue que las dos imágenes de los dos ojos se fundan en una sola y los ojos puedan converger cómodamente en un punto para poder leer y escribir.

- En el caso de la audición pasa algo parecido.
El otorrinolaringólogo o el pediatra miden si el niño "oye" o no... les preocupa que pueda haber una sordera. Pero no suelen considerar distorsiones a la hora de escuchar, si el niño percibe bien todas las frecuencias para poder hablar, leer y escribir con comodidad (el oído tiene mucho que hacer aquí también aunque nos sorprenda). Esto es esencial para poder prestar atención en el colegio, y unas distorsiones en la audición (sobre todo si hay hiperaudición en alguna de las frecuencias) pueden afectar seriamente no sólo la atención sino también el comportamiento dado su importante incidencia en nuestro estado de ánimo.
Para examinar y tratar estos problemas, es necesario acudir a un reeducador auditivo de los métodos Berard o Tomatis.

- En cuanto al desarrollo motor, éste marca el nivel de desarrollo y madurez general del cerebro del niño. Y determinará directamente sus habilidades en todos los campos.
Por esto hay que evaluar si es correcto o si han quedado lagunas en el mismo que debamos trabajar. Hay varios métodos que llevan a cabo la necesaria "organización neurológica" a través de actividades de movimiento

¿En qué ámbitos puede actuar el psicopedagogo?
El psicopedagogo trabaja los siguientes aspectos:
potenciar hábitos de estudio y organización, aumentar la motivación por los estudios, potenciar el trabajo y el estudio individuales, trabajar las dificultades atencionales, intervenir en las dificultades de aprendizaje, ayudar a superar bloqueos emocionales y/o rechazo a la tarea escolar...

¿Qué señales de alarma nos pueden indicar que es necesario acudir a la consulta de un psicopedagogo?
Desgana o apatía hacia el estudio, disminución significativa del rendimiento escolar, falta de hábitos y técnicas de estudio, pérdida de atención o concentración, cambios de humor...
¿Cuál debe ser el papel de los padres?
Deben valorar siempre los pequeños éxitos, animando al niño a confiar en sí mismo y a valorarse. Asimismo, es importante evitar las comparaciones con sus hermanos o amigos. Hay que enseñarles a no desanimarse ante los primeros fracasos, que hay que ser tenaz y buscar alternativas. Y también es muy importante fomentar la lectura desde pequeños: contar cuentos, hacer que los cuenten ellos, animarles cuando lean alguna cosa, etc.

Terapeuta del Lenguaje: interviene en
· Estudio y valoración del habla y el lenguaje en todas las edades.
· Alteraciones leves del habla: problemas de articulación, sustitución de sonidos, etc.
· Alteraciones graves del habla: retardos.
· Alteraciones leves del lenguaje oral y/o escrito: dificultad para encontrar las palabras, organización inadecuada del discurso verbal, etc.
· Alteraciones graves del lenguaje: retardos.
· Intervención en alteraciones del ritmo: tartamudez, habla rápida, ansiedad verbal, etc.

Neurodesarrolistas: En cuanto aparecen problemas del desarrollo realizan el diagnóstico diferencial de trastornos específicos de aprendizaje.
Las causas más frecuentes de fracaso escolar.
Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDA-H)
Dislexia
Disgrafía / Disortografía
Discalculia
Trastornos específicos del desarrollo del lenguaje (TEDL)
Trastornos de aprendizaje no verbal (TANV)
En esta área los psicólogos y psiquiatras, tienen como principal objetivo tratar los diferentes trastornos emocionales y conductuales que pueden estar interfiriendo en el bienestar del paciente.
La intervención con el niño/adolescente se basa en dotarlo de estrategias y habilidades que le ayuden a mejorar o superar el problema que presenta.
Psicología: Los problemas más habituales con los que trabaja son:
Trastornos del comportamiento: desobediencia, negativismo, agresividad, celos, rabietas, etc.
Trastornos del estado de ánimo: depresión, tristeza, procesos de duelo, etc.
Trastornos de ansiedad y otras alteraciones asociadas: ansiedad generalizada, crisis de ansiedad, ansiedad por separación (niños que no toleran alejarse de los padres), tics, miedos, fobias, etc.
Trastornos de la conducta alimentaria: problemas de hábitos alimentarios, anorexia, bulimia, pica compulsiva, etc.
Trastornos por déficit de atención con o sin hiperactividad: problemas de atención y concentración, control de la impulsividad, etc.
Dificultades de relación y adaptación: afrontamiento de separaciones y divorcios, falta de habilidades sociales, aumento de la autoestima, resolución de problemas, etc.
Resolución de hábitos: alteraciones del sueño, enuresis y otros problemas de eliminación.
Acoso escolar (bullying)
El primer paso es una evaluación completa de las áreas cognitivas para entender por qué no "aprende" el niño. Al tener un diagnóstico claro, se puede hacer una remediación que le ayude a compensar sus dificultades. Solucionar un problema de aprendizaje es tarea de toda una vida. Es un proceso y como tal lleva tiempo e implica paciencia. Creer en el niño y en sus talentos van a ser esenciales

Discapacidad no es sinónimo de inactivación sexual

La activista brasileña por los derechos sexuales de las personas con discapacidad, Rosángela Berman, vino al país para establecer convenios con ese sector de la población y las autoridades de salud, con el fin de crear campañas de información sexual y atención médica para esas personas.

La fundadora y directora del Instituto Interamericano sobre Discapacidad y Desarrollo Inclusivo conversó con La Naciónacerca de sus proyectos.

¿Cuál es la situación de las personas con discapacidad con respecto a los derechos sexuales?

Son muy irrespetados. No existen campañas de prevención de enfermedades de transmisión sexual dirigidas expresamente a quienes sufren discapacidad. Desgraciadamente, todavía se piensa que las personas con discapacidad no son un grupo de riesgo de estas enfermedades porque no tienen relaciones sexuales.

“La discapacidad no es sinónimo de inactividad sexual. Las personas con discapacidad llevan una vida sexual tan activa como quienes no la tienen, y su riesgo es igual. Sin embargo, una persona ciega no tiene cómo saber la fecha de vencimiento de un preservativo porque no tiene relieve y no está escrita en braille, o una persona con sordera va a hacerse una prueba del sida y no hay personas que conozcan el lenguaje de señas que puedan ayudarle.

“Hace falta muchísimo trabajo. Son necesarias campañas de información y comunicación basadas en las diferentes discapacidades”.

¿Cómo es la incidencia de enfermedades de trasmisión sexual en personas con discapacidad?

Desgraciadamente, eso no lo sabemos, apenas estamos comenzando con los registros en diferentes países. Hay mucho subregistro de personas con discapacidad que padecen sida u otra enfermedad de este tipo, muchas de ellas ni siquiera saben que la tienen. Por otro lado, no hay mecanismos de registro que identifiquen cuáles enfermos tienen una discapacidad y cuáles no.

¿Hay algún tipo de población con discapacidad que esté en mayor riesgo de contraer una enfermedad de trasmisión sexual?

La población con discapacidad es muy vulnerable a estas enfermedades, especialmente quienes tienen discapacidad mental. Estas personas están muy expuestas a abusos y violencia sexual.

“Muchos se aprovechan de personas con retardo mental, síndrome de Down o con algún tipo de desequilibrio mental para abusar de ellas sexualmente. Esto las convierte en personas de alto riesgo”.

¿Cuál es el papel desempeñado por las autoridades mundiales de salud en este tema?

Hasta ahora están comenzando a despertar y a trabajar con nosotros en cómo educar para la sexualidad a personas con discapacidad. También hay otra situación con las personas que tienen sida. Muchas de ellas, debido a su enfermedad y a los medicamentos, desarrollan discapacidades que las van llevando poco a poco a una silla de ruedas o a tener vista más débil.

“Esta es otra razón por la que deben reforzarse los servicios de salud y las atenciones para la población con discapacidad”.

¿Cómo actúan las autoridades de salud costarricenses en el tema?

Costa Rica tiene una posición privilegiadísima en términos de salud sexual. Aquí hay mayor información y la atención médica es oportuna, pero todavía falta mucho en materia de discapacidad.

“Debe comenzarse por un sistema de monitoreo y evaluación de cuántas de las personas que tienen enfermedades de trasmisión sexual tienen algún tipo de discapacidad”.

¿Cuáles son los proyectos que tiene con Costa Rica?

Vine a reunirme con otras personas con discapacidad para escuchar sus ideas y con funcionarios del Ministerio de Salud para evaluar posibilidades de convenios para dar mejor información a las personas con discapacidad.

“De momento, planeamos abrir una unidad de salud sexual reproductiva para las mujeres con discapacidad en el Hospital de la Mujer. Esta es solo una idea, pero hay buen ambiente. Este tipo de iniciativas no debe estar en los centros de rehabilitación, sino en los hospitales nacionales, para que los médicos tomen mayor conciencia de lo necesario de educar en temas sexuales a la población con discapacidad.

“También desarrollaremos campañas de educación sexual dirigidas a cada tipo de discapacidad. Así, los ciegos, los sordos y las personas en silla de ruedas sentirán que les estamos hablando en su mismo idioma”

RosángelaBermanEspecialista en VIH-sida y discapacidad

La coterapia en el autismo

En los últimos años se han ido produciendo algunas innovaciones en el tratamiento de los niños autistas y otros niños con trastornos del desarrollo. La verdad es que el avance, en general, experimenta resultados de diversa índole y ello hace que a veces nos aferremos a lo conocido ante la incertidumbre general. Por ello, nosotros intentaremos justificar el uso del PEP en el proceso de intervención educativa con un niño autista.
El uso del Perfil Psicoeducacional viene avalado por experiencias previas, las cuales, explican los resultados del PEP como un programa educativo tanto en la escuela como en la familia.

En primer lugar, queremos advertir que el programa necesita ser individualizado para cada niño teniendo en cuenta que la mayoría de niños con lo cuales se trabaja son considerados como niños no test debido a las teorías existentes de evaluación. Por ello, creemos que el Perfil Psicoeducacional satisface las necesidades de todos, padres, niños y educadores de manera global ya que: la mayoría de los ítems no dependen de destrezas en el lenguaje, su administración es flexible y permite ajustarse a las limitaciones del niño sin necesidad de controlar el tiempo y utilizando unos materiales interesantes para niños con graves problemas.

Nosotros utilizamos el Perfil Psicoeducacional dentro de un estudio de caso único como una prueba m s para determinar el nivel evolutivo del sujeto en cuestión y, a partir de ah, elaborar el proceso de intervención educativa.

El Perfil Psicoeducacional (PEP) (Schopler y Reichler, 1979) fue creado dentro del Programa División TEACCH con el fin de poder evaluar determinadas reas del desarrollo de autistas, psicóticos y otros sujetos con trastornos en el desarrollo, permite la obtención de una puntuación y su correlativa edad mental, supliendo de esta forma la dificultad que supone el sometimiento a un test en este tipo de sujetos, clasificados muy a menudo como "no-testables".

Construido a partir de las actividades que provienen de la misma experiencia, el PEP es un inventario de conductas y destrezas que permite identificar patrones de aprendizaje idiosincráticos dentro de un período cronológico que oscila desde 1 año a los 12 años.

Características:

  1. El PEP ofrece la posibilidad de la elaboración de programas individualizados a partir de las puntuaciones (emerging) obtenidas en cada una de las reas del desarrollo.
  2. No es un test de velocidad.
  3. No pretende dar una puntuación de C. l.
  4. La mayoría de los ítems no dependen de destrezas en el lenguaje.
  5. Los ítems del test est n sobrecargados de tareas dominadas en una edad temprana.
  6. Permite una flexibilidad en su administración.
  7. El sistema de puntuación tiene en cuenta respuestas que en otros instrumentos estandarizados no son contempladas: puntuación EMERGING.
Descripción:

El test contiene dos tipos de escala: una del desarrollo y otra patológica. Los 98 ítems de que se compone la prueba permiten evaluar (escala de desarrollo) y diagnosticar (escala patológica) a los sujetos en las siguientes áreas:

ESCALASAREAS
DESARROLLOIMITACIÓN.
PERCEPCIÓN.
MOTRICIDAD FINA.
MOTRICIDAD GRUESA.
COORDINACIÓN VISOMOTRIZ.
FUNCIÓN COGNITIVA.
FUNCIÓN COGNITIVA VERBAL.
PATOLÓGICAAFECTIVIDAD.
RELACIÓN, COOPERACIÓN E INTERESES
SOCIALES.
JUEGO E INTERS EN MATERIALES.
MODOS SENSORIALES.
LENGUAJE.

Puntuación:

ESCALASPUNTUACIÓNOBSERVACIONES
DESARROLLOPASSINGCuando el niño puede ejecutar una tarea con éxito sin
la necesidad de la demostración para hacerlo.
EMERGINGCuando el niño tiene algún conocimiento sobre cómo
realizar la tarea, pero es incapaz de hacerlo con
éxito. Además necesita repetidas demostraciones
para intentar o completar la tarea.
FAILINGCuando el niño es incapaz de ejecutar la tarea incluso
después de varias demostraciones.
PATOLÓGICAAUSENTECuando la conducta es apropiada para la edad del
niño.
LEVECuando la conducta no est en relación con la edad
cronológica del niño pero aparece en edades
tempranas.
SEVERACuando la intensidad y la cualidad de la conducta es
diferente a las dos anteriores.

Procedimiento de administración:

La organización de los ítems de la prueba están organizados según el grado de dificultad (de tareas más fáciles a tareas más difíciles); no obstante, el examinador dispone de cierta flexibilidad a la hora de administrar la prueba, as como de la utilización de refuerzos para mantener motivado al sujeto.

Ahora bien, en la aplicación de los ítems es conveniente seguir una jerarquización en las instrucciones a dar al sujeto con el fin de poder determinar con mayor exactitud la puntuación que le corresponde:

  1. Dar al niño instrucciones verbales.
  2. Conducir la tarea con gestos.
  3. Demostrar cómo debe hacerse la tarea.
  4. Tomar la mano del niño y recorrer juntos los movimientos requeridos.
La administración del propio del test permite a la vez obtener información sobre el nivel de frustración, enseñar una nueva habilidad, valorar la interacción social y evaluar el nivel de motivación requerido para que el niño efectúe una tarea.

Fiabilidad y validez

Respecto a la fiabilidad, afirmar, que la construcción del test no persigue la obtención de una puntuación estandarizado que pueda ser posteriormente comparada con algún tipo de escala con otros niños. El propósito del PEP es identificar la iniciación apropiada de los niveles de aprendizaje de sujetos con un patrón de aprendizaje irregular y con un conjunto de conductas idiosincriticas. Su aplicación y posterior resultado es evaluaba para un único niño.

Referente a la validez, se confirma que la mayoría de los ítems seleccionados pueden ejecutarse por sujetos de corta edad. En comparaciones con otras poblaciones (retrasados mentales) se defiende la exactitud de las normas de edad establecidas en la prueba. Por otra parte, los ítems de la escala patológica han sido obtenidos a partir de los criterios de CREAK (1961) para el diagnostico del autismo.

Resultados:

El principal objetivo que persigue la ejecución de esta prueba es determinar el desarrollo evolutivo del sujeto en las diferentes reas y posibilitar la puesta en marcha de un programa individualizado para el niño a partir de las puntuaciones EMERGING en cada una de las tareas que explicitan estos ítems. Los resultados que se obtienen son los siguientes:

De los resultados reflejados en esta gráfica se desprenden dos características generales de la evolución del sujeto:

  1. Variabilidad en el propio desarrollo evolutivo
  2. Fracaso en la ejecución de tareas que implican procesos mentales superiores: coordinación visomotriz, imitación, función cognitiva y cognitiva verbal.
Si relacionamos estas puntuaciones con la edad cronológica a la que corresponden, se observa un claro retraso en el desarrollo evolutivo del niño:

AREASEDAD (Meses)
Imitación0-21
Percepción5-14
Motricidad Fina21-24
Motricidad gruesa21-28
Coordinación visomotriz20-24
Función Cognitiva20-24
Cognitiva verbal0-23
TOTAL18-21

Junto a la evaluación del desarrollo, la prueba permite valorar las manifestaciones del síndrome, agrupándolas en cinco áreas: afecto, relación, uso de los materiales, modos sensoriales y lenguaje. Los resultados obtenidos en cada una de estas áreas se muestran en la siguiente gráfica:

Tal como se observa en la gráfica, el lenguaje y los modos sensoriales son las dos reas en las cuales el sujeto presenta un mayor deterioro, aunque en el resto de las reas su puntuación global muestra también una sintomatologa propia del autismo entre leve y severa.

A pesar de que el PEP ofrece la posibilidad de Determinar el desarrollo de la patóloga en el sujeto, nuestro interés en sus resultados se dirigen a intentar conocer el desarrollo evolutivo seguido en el niño, en conocer cual es su puntuación de desarrollo con el fin de planificar la acción educativa a llevar a término.

Además de esta prueba, se creyó oportuno en su momento desmenuzar las pautas comunicativas que el niño utiliza en su relación con el mundo exterior. A tal efecto se contesta el Cuestionario de Comunicación Prevería de KIERNAN. Esta prueba es completada por los padres y las maestras del centro directamente relacionadas con la educación del niño. En ella pueden constatarse los siguientes aspectos comunicativos, siguiendo la división de la prueba en dos partes: cuestionario visual y audio-vocal.

a. Cuestionario visual:

A nivel precomunicativo, el niño muestra unas preferencias sobre todo de tipo alimentarlo. Le gusta que le hagan cosquillas y escuchar determinadas cintas de música. Muestra interés por las imágenes pero es incapaz de asociaras, discriminaras y reconocer a través de ellas a las personas.

Presenta un buen control de manos y brazos cuando tiene algún objeto en su mano.
Es capaz de mirar y volverse cuando se le introduce un objeto nuevo en su campo visual pero ni lo sigue cuando éste esté en movimiento ni lo examina detenidamente.

A nivel de imitación, sólo sabe imitar el acto de tocar las palmas y la acción de meter un objeto en una caja, siempre y cuando haya habido previamente un proceso de aprendizaje.
Desde el punto de vista comunicativo, mantiene un patrón bastante rígido: se acerca al adulto le toca, le lleva al lugar donde est el objeto que desea sin que exista señalización. Usa al adulto como un objeto, como un instrumento que sirve para conseguir sus deseos. Puede usar los gestos que le hayan sido enseñados. Es capaz de mantener el contacto ocular con el adulto pero sin intención comunicativo.

b. Cuestionario audio-vocal

Respecto a la pre-comunicación, no existe ningún problema o malformación a nivel fono-articulatorio. Emite sonidos ininteligibles, en su mayoría compuesto por vocales y algunas consonantes (b,m). Reacciona ante la voz del adulto. Sonríe y chilla ante situaciones de alegra y frustración o rabia respectivamente.

Falta de imitación verbal y su comunicación oral es nula.

Para completar la información sobre la evolución del niño, se analiza el Programa de Desarrollo lndividualizado que se est llevando a cabo con el sujeto. En ‚l se observa que los objetivos adquiridos hasta el momento son:

a. Hábitos de autonomía:

  • Sentarse en la mesa.
  • Comer con el tenedor y la cuchara, sin discriminarlos en función del tipo de comida.
  • Beber con el vaso,
  • Quitarse los pantalones.
  • Subirse los pantalones.
  • Quitarse el jersey.
  • Estirarse el jersey una vez haya sido colocado en el tronco del cuerpo.

b. Desarrollo psicomotriz:

  • Gateos, giros y arrastre.
  • Desplazar objetos.
  • Control de los movimientos.
  • Correr.
  • Caminar por encima de unas baldosas.
  • Apilar módulos de gran tamaño.
  • Picar.
  • Pinzas.

c. Desarrollo cognitivo:

  • Ensartar figuras geométricas (3 piezas)
  • Buscar objetos desaparecidos.
  • ábaco.
  • Imitar palmas y otros movimientos amplios.

d. Habilidades básicas de disposición para el aprendizaje:

  • Permanecer en el aula sin intentar escapar.
  • Permanecer sentado mientras realiza alguna actividad.

e. Adquisición y desarrollo de la comunicación y el lenguaje:

  • Uso de los gestos conocidos.
  • Mantener contacto con el adulto
  • Mantener la mirada.
  • Tirar del adulto para pedir. (en ocasiones)

A modo de epilogo, queremos manifestar que durante el espacio de tiempo que ha durado la presente investigación, hemos podido comprobar algunos de los hitos del autismo infantil no sin sorprendernos de la dificultad que representa llevar a término el proceso de intervención educativa en estos sujetos. A través de nuestro trabajo de campo hemos sido capaces de solucionar diversos problemas en el sujeto derivados del propio síndrome pero la aparición de otros desbordaba en ocasiones nuestro quehacer educativo.

A través del estudio de caso sobre el cual se ha trabajado durante este período se han obtenido alguna constataciones acerca del desarrollo de las habilidades sociales y comunicativas mediante sistemas de comunicación alternativa (Comunicación Total, en este caso), así como otros aspectos del desarrollo evolutivo y patológico del sujeto y del proceso de intervención.

En definitiva, queremos aportar una serie de conclusiones que creemos válidas en este caso como pueden ser las orientaciones que ofrecemos a los diferentes profesionales implicados en el proceso educativo, como son:

  • La necesidad de una comunicación alternativa, en su caso, adaptada al sujeto.
  • La facilitación de las expresión a través del sistema de comunicación alternativa
  • El uso del sistema de comunicación que desarrolle la interacción social
  • La necesidad de establecer un diagnóstico dinámico
  • La importancia de la detección de necesidades a través de la observación
  • El cuidado en estructurar y sistematizar el proceso de adquisición de habilidades y destrezas
  • La necesidad de un trabajo individualizado
  • La importancia de la familia y la problemática que puede suponer actuar como co-terapeutas
  • La necesidad de perfeccionamiento e interrelaci´n entre los profesionales de la educación
SCHOPLER, E. y REICHLER, R.jJ. (1979): The Psychoeducational
Profile (PEP). Vol. 1 University Park Press. Baltimore.

CREAK, E.M. (1961): "Schizophenic syndrome in chilhood: progress report of a working party ". Cerebral Paisy Bulletin 3, pp.501-504.